Crítica/Análisis: Relojes de hueso - The bone clocks
A pesar de que en
el año 2012 David Mitchell llevaba a sus espaldas nada mas y nada menos que 5
novelas ('Escritos Fantasmas', -‘Ghostwritten’-, 'Number9dream', 'El atlas de las
nubes' –‘Cloud Atlas’-, 'El bosque del cisne negro' –‘Black Swan Green'- y 'Mil
Otoños’ –‘The Thousand Autumns of Jacob de Zoet'-)
así como varios cuentos cortos y ensayos, su nombre dejó de ser desconocido
para muchos gracias a que los hermanos Wachoski y Tom Tykwer adaptaron su
tercera novela a la pantalla grande. A pesar del gran material de partida,
estos intentaron trascender forzando la relación entre las historias y los
personajes haciendo de su cinta un pedante pastiche que hizo que muchos
espectadores se cerraran en banda ante la propuesta de los directores (Por
desgracia y tras la primera 'Matrix' -'The Matrix-, el título de renovadores del cine de
ciencia ficción que pareció recaer sobre sus espaldas llevó a los Wachoski a
creérselo demasiado y sus siguientes películas 'Space Racer', 'El atlas de las
nubes' -'Cloud Atlas'- y la reciente 'El destino de Júpiter' –‘Jupiter Ascending’- tenían un
alto concepto de si mismas algo que obviamente jugaba en contra del resultado final de las películas)
Publicada en España el pasado abril, 'Relojes de hueso' ('The bone clocks') es la sexta novela de Mitchell donde este vuelve a plasmar varias de sus obsesiones (Los diversos puntos de vista de los distintos protagonistas de la novela que acaban de una manera u otra relacionándose. Esta idea resulta mucho mas clara que en 'El atlas de las nubes' ('Cloud atlas') o en 'Escritos fantasmas' ('Ghostwritten') donde el escritor inglés estructura sus novelas alrededor de diversas historias cortas. A diferencia de estas dos, en 'Relojes de hueso' ('The bone clocks') y aunque el lector pueda tener la sensación de estar ante una recopilación de pequeñas historias, la presencia de un personaje común a todas ellas, Holly Skyes, y la línea narrativa que sigue el escritor hace que estas formen parte de un todo, de una historia narrada a lo largo del tiempo y desde el punto de vista de los distintos protagonistas. Estas dos últimas ideas también están presentes en otras historias de Mitchell, el paso del tiempo ya se podía observar en 'El atlas de las nubes' ('Cloud Atlas') y los distintos narradores en, por ejemplo 'Mil Otoños' ('The thousand autumns of Jacob de Zoet'), consiguiendo dejarnos una obra sólida en líneas generales y tremendamente interesante que posee el mismo fallo que 'Escritos fantasmas' ('Ghostwritten')...
... y ese no es otro que la falta de fuerza de la parte inicial de la novela. Parece inevitable que muchos lectores o críticos comparen a Mitchell con el eterno candidato al premio Nóbel Haruki Murakami debido a que la forma elegida por ambos para plasmar alguna de sus historias en papel así como por la relación entre los protagonistas de las mismas parece por momentos hermanarlos ('Tokio' segunda de las historias que forman parte de 'Escritos Fantasmas' -'Ghostwritten'- recuerda claramente el tono de muchas de las historias del escritor japonés, no solamente por situar parte de la misma en una tienda de jazz lo que deriva en la gran cantidad de referencias musicales que aparecen en la historia si no también por la relación que se establece entre Satoru y Tomoyo, lo que hace imposible que el lector no tenga la misma sensación, no sienta la misma emoción que al leer 'Sobre el encuentro de una chica cien por cien perfecta una soleada mañana del mes de abril' que forma parte del recopilatorio 'El elefante desaparece' publicado en España por Tusquets editores) Tanto es así que la primera historia que forma parte de 'Escritos fantasmas' ('Okinawa') parece ficcionar los hechos reales que el japonés narró en su libro 'Underground' sobre los ataques con gas en el metro de Tokyo por parte de los fanáticos miembros de un culto religioso pero desde el punto de vista de la persona que llevó acabo tan cruel acto. Pero 'Okinawa' a pesar de su interesante punto de partida no posee la fuerza necesaria como para captar la atención del lector y lo mismo que ocurre con la presentación de Holly Skyes al principio de 'Relojes de Hueso'.
Las comparaciones entre Mitchell y Murakami no solo acaban aquí, no debemos dejar de lado que en 'Relojes de hueso' cuando un personaje recuerda a la protagonista, este rememora sus orejas ligeramente élficas lo que hace que muchos lectores recuerden la obsesión de Murakami por las orejas femeninas. En un momento de 'La caza del carnero salvaje' (‘The Wild sheep chase’) se hace referencia al trabajo de uno de los personajes como modelo de orejas para publicidad. Esta idea también llegó al cine de la mano de Jake Paltrow en 'Young ones' gracias al encuentro entre Jerome Holm (Kodi Smith-McPhee) y Anna (Liah O'Prey) que reflejaba de manera perfecta el poder seductor de las orejas femeninas que Murakami plasma en algunas de sus novelas. Tal es el parecido entre las novelas de estos dos autores que Mitchell parece hacer una referencia explicita a la historia que el escritor japonés desarrollo en su para mi mejor novela, 'La crónica del pájaro que da cuerda al mundo' (‘The bird-up chronicle’) cuando Crispin Hershey intenta explicar que de va su nuevo libro donde hay un hombre de negocios con jet lag, un hotel laberíntico, una vidente que oye voces... "Piensa en Solaris mezclada con Noam Chomsky a través de 'La chica del dragón tatuado'. Y añádele un toquecito de 'Twin Peaks'..."
El primer capítulo de la nueva novela de Mitchell ('A hot spell, 1984'. El año parece coincidir otra vez con Murakami) puede que consiga desubicar al lector. Su tono puede acercarlo a ciertas obras de Neil Gaiman y puede que muchos tengan como fue mi caso la sensación de que se van a encontrar ante una variación de 'Mirrormask'. La cinta dirigida en el 2005 por Dave Mckean y escrita Gaiman narraba las aventuras de una joven llamada Helena Campbell que cansada de la vida que lleva y tras un accidente que sufre su madre, se adentrará en un mundo de fantasía que le llevará a replantearse aquello que quiere y desea. (La cinta de McKean aun siendo una gran película no dejaba de ser una nueva vuelta de tuerca a aquello que Jim Henson contó en la notable 'Dentro del laberinto' –‘Labyrinth’-). Esta misma idea parece ser compartida por 'Relojes de hueso' ('The bone clocks'). Tras la pelea con su madre y la fuga de Holly Skyes, los extraños encuentros que esta tendrá a lo largo de ese fin de semana, incluido el regalo de su hermano pequeño: El dibujo de un laberinto que esta ha de memorizar o los saltos a 'las movidas raras de Holly Skyes' parecen reforzar la sensación de que Mitchell va a volver a plantear el mismo tipo de historia.
Pero hay algo que romperá todas las ideas prefijadas del lector acerca de esta novela y de la forma elegida por Mitchell para presentar a su protagonista y eso no es otra cosa que la carga política que parece poseer esta primera historia y que se verá reforzada en diversos capítulos de la novela, algo que rompe con la idea de estar ante un nuevo 'Mirrormask' o ante una novela que inicialmente parece pensada para un público adolescente. El 'trabajador socialista' donde colaboran Ian y Heidi, dos de los personajes con los que se encuentra Holly durante su aventura sirve para hablar de la política de Margaret Thatcher, la situación de los mineros en Inglaterra durante los ochenta y la guerra de clases, para dejar paso en el siguiente capítulo 'Myrrh is mine, it's bitter perfume, 1991' a la perdida de valores que el fenómeno yuppie llevó asociado recalcando ciertas ideas sobre las que Mitchell parece querer volver, en este caso se dice que el problema de Irlanda del Norte se acabará cuando haya colegios mixtos. En 'The Wedding Bash, 2004', es la guerra de Irak y la manipulación de los medios de comunicación la que copa la crítica de la novela de Mitchell (En este capítulo se hace referencia explicita a 'Rascacielos' de J.G. Ballard llevada al cine recientemente por Ben Wheatley donde los residentes de un moderno edificio acaban volviendo a su estado mas primitivo) para acabar llegando en 'Sheep's Head, 2043' a una feroz crítica contra el fanatismo religioso, algo que ya hizo por ejemplo George A. Romero en su decepcionante 'Survival of the dead' y al sistema en el que vivimos culpable de la situación actual y el cual según se dice no se podía cambiar. Es a partir de este primer capítulo y la irrupción de personajes como Hugo Lamb, Ed Brubeck y Crispin Hershey cuando la novela acaba alzando el vuelo y consiguiendo captar la atención del lector haciendo que para este sea imposible abandonar la lectura antes del final del libro.
David Mitchell llena su novela de pasajes y personajes conocidos para un lector habitual de sus novelas. No solo la relación entre Crispin Hershey y Richard Cheeseman hará que este recuerde la de Dermont Hoggins y Felix Finch, ya que tanto Chesseman como Finch destrozaron las novelas de estos lo que hace que tanto Hershey como Hoggins sientan un profundo odio y rencor hacia ambos críticos, si no que además este podrá no solo descubrir las relaciones existentes entre los personajes de 'Relojes de Hueso' (Encuentros fortuitos entre ellos o relaciones mucho mas profundas y duraderas) si no también podrá encontrar personajes de otras historias de Mitchell en esta novela, algo que ya hizo el escritor por ejemplo con Luisa Rey, ya que tanto en 'El atlas de las nubes' ('Cloud Atlas') como en 'Escritos fantasmas' ('Ghostwritten') aparece dicho personaje que además trabaja en 'Spyglass' igual que Ed Brubeck en 'Relojes de Hueso' ('The bone clocks'). Es 'Mil otoños' ('The thousand autumns of Jacob de Zoet') la novela que parece estar mas presente en 'Relojes de Hueso' ('The bone clocks'), no solo por el nombre del restaurante al que Brendan y Holly acuden a buscar a su madre si no también por que el nombre del doctor que atiende a Holly cuando es pequeña no es otro que Marinus sumado a las constantes referencias y guiños que Mitchell hace de su propia obra (Batavia, Zoet y sus partituras, Arie Grote, el magistrado Shiroyama y el malvado Enomoto)
Por comparación con ciertas novelas es posible que el siguiente párrafo contenga ciertos SPOILERS, desde 'la soledad del perro guía' te recomendamos que si no quieres leerlos saltes al próximo párrafo. Mitchell no solo juega con personajes de 'Mil Otoños' si no que además el germen de 'Relojes de Hueso' ('The bone clocks') parece extraído directamente del cuento 'Mongolia' que forma parte de 'Escritos Fantasmas' ('Ghostwritten'). Es en esta historia donde el lector podrá encontrar muchas de las respuestas que la historia de Mitchell plantea y desde aquí animamos a cualquier lector que haya disfrutado de 'Relojes de Hueso' a que lean la novela que supuso el debut literario del escritor y si no que al menos lea el capítulo 'Mongolia' complementándolo con 'La montaña Sagrada'. Es una lastima el enorme parecido existente entre los horologistas, los anacoretas y la importancia del crepúsculo con los guardianes del día, los guardianes de la noche y otra vez el crepúsculo en la serie de novelas escritas por Serguéi Lukiánenko y donde dos de ellas fueron llevadas al cine en el 2004 y 2006 por Timur Bekmambetov. Tanto es así que Marinus parece una extensión de Antón Gorodetskiy y Holly Skyes una de Svetlana cambiando los encuentros de esta con Immaculée Constantin, la gente de la radio y su gran voltaje psicotérico por el vórtice que la segunda lleva encima y que va creciendo.
En ambos casos la irrupción tanto de Marinus como de Antón servirán para que ambas no caigan en las manos del enemigo. Las comparaciones entre la novela de Mitchell y las de Lukiánenko no solo que quedan en este pequeño detalle, la idea y la presencia del crepúsculo, lugar donde tanto unos como otros pueden morir es común en estas historias, ya que si en 'Relojes de Hueso' los hologoristas que mueren dentro del crepúsculo no vuelven a la vida cuarenta y nueve días después, en las novelas de Lukiánenko, la energía que se necesita para entrar y salir del crepúsculo hace que si no se controla la persona quede atrapa en él y acabe muriendo. Hay otra novela con la que 'Relojes de hueso' guarda sorprendentes parecidos y esa no es otra que 'Revival' de Stephen King debido a la idea de ambos escritores de mostrar el camino que recorren las almas, aunque en el caso de Mitchell esta posee y alberga ciertas esperanzas mientras que en el de King resulta como poco desoladora. Tampoco debemos dejar de lado a Ballard y 'Rascacielos', la novela que Ed Brubeck cita en cierto momento para hablar acerca de la vuelta del hombre a la naturaleza mas salvaje parece adelantar aquello que el lector se acabará encontrando y la sombra de ‘La carretera’ ('The road') de Cormac McCarthy también hará su aparición en 'Relojes de hueso' ('The bone clocks')
David Mitchell es uno de los escritores mas interesantes de la literatura actual, aunque sus historias poseen elementos e ideas de otros autores como los citados Murakami o Serguéi Lukiánenko, Mitchell posee un universo propio y particular que hace de sus historias algo personal y lo aleja de autores como Alex Garland. No creo que 'Relojes de hueso' sea su mejor novela debido a que el capítulo 'An horologist's Labyrint, 2025' donde el autor se centra en la parte fantástica rompe con la parte dramática de la historia que este ha desarrollado de manera notable. En 'Relojes de hueso' ('The bone clocks'), Mitchell parece mas cómodo en el drama que en la parte fantástica. Personalmente me fue imposible dejar de leer 'Relojes de hueso', cuanto mas leía mas quería y a pesar de que conforme se acercaba el final este resultaba mas previsible, la novela de Mitchell me entretuvo bastante y solo deseo que 'Slade house' se edite en español para poder disfrutar de ella. Todos los personajes desarrollados por Mitchell poseen fuerza y consiguen que el lector se interese por ellos, lo que deriva en que no solo las diversas historias se sigan con interés si no que además queramos saber que ha sido de estos y eso hoy en día no es nada fácil de conseguir. Muy recomendable.
Lo peor: 'An horologist's Labyrint, 2025'
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