The Stand - Stephen King - Series 1994 y 2020

 


Título: The Stand (2020) Nota: 4

Título: The Stand (1994) Nota: 6,5


En el prólogo escrito en 1989 y que acompaña a la novela 'Apocalipsis' también conocida como 'The Stand' y que hace varios años fue publicada bajo el título 'La danza de la muerte', Stephen King avisa al lector que el libro que tiene entre manos, de alrededor de mil seiscientas páginas, no es una nueva obra sino una extensión de la original que desarrolla ciertas situaciones para que el lector pueda entender mejor a los personajes, pero que no afecta a la historia original ni añade a ningún nuevo personaje. Según reconoce el propio autor esta no es su mejor novela pero parece que es una de las que mas gusta a los lectores y muchas veces le preguntan acerca de que es lo que pasaba con algunos de ellos una vez acabada la novela.


Tienen la series de Mick Garris (1994, estrenada en España con el titulo de 'Apocalipsis') y la de Josh Boone y Benjamin Cavell (2020) para mi un gran problema y ese no es otro que la novela en la que se basan. He leído muchas obras de Stephen King y puedo decir que esta es no solo la que me ha resultado mas floja si no también la que mas me ha costado acabar. Y no porque no me interesara lo que ocurría o por su extensión, si no porque la parte central de la historia se me hace muy cuesta arriba: No me interesa especialmente lo que se está contando con tal nivel de detalle y me rompe completamente el ritmo de la historia. Desconozco si esas cuatrocientas páginas que ampliaron la novela de King y que estaban ahí desde el principio y se dejaron fuera por diversos motivos, uno de ellos económicos, amplían mucho o no esta parte de la novela, pero para mi, si yo hubiera sido el editor de esta novela habría aconsejado a King que no tuviera miedo ni reparos y acortara esa parte. Tampoco comparto la evolución de la misma, su primera parte con ese virus parecido a la gripe con una letalidad increíble me parece fascinante, pero cuando esta deja paso a los sueños, para mi la historia baja en interés y calidad. Personalmente me hubiera gustado que 'Apocalipsis' hubiera seguido con la idea del virus, encontrarme con una especie de 'La amenaza de Andrómeda' pero acabé encontrándome con un grupo de supervivientes, que hablan, se reúnen, hablan y vuelven a reunirse para intentar fundar una nueva sociedad. Tengo una sensación parecida a la que tuvo Homer Simpson cuando fue al cine a ver 'Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma' (Nota: Obviamente la historia tiene mas ideas y detalles, no se queda solo en eso... es simplemente una ironía acerca de lo que se me hizo difícilmente digerible)


A pesar de la gran decepción que supuso para mi 'Los nuevos mutantes', cogí la serie creada por Josh Boone y Benjamin Cavell con muchas ganas. Y puede que esas ganas con las que empecé a ver la serie fuera uno de los problemas que tuve: El resultado distaba mucho de lo que esperaba de ella, algo que ocurrió por muchos y diversos motivos. Vamos con a por ellos...


Mick Garris que tiene un pequeño cameo en la serie de Boone y Cavell (John Landis o Sam Raimi aprecian brevemente en la de Garris, además como no puede ser de otra manera el propio King), dirigió en 1994 la adaptación de la novela del escritor norteamericano a miniserie: Cuatro capítulos de alrededor de hora y media de duración. El 'The Stand' de Garris adaptaba de forma lineal la novela original. Ese orden cronológico se ve alterado por parte de Boone y Cavell, y este recurso no nos deja la sensación de ser algo útil y necesario para reforzar la narración sino para marcar distancias entre la obra que adapta y la serie de Garris. Y aunque ambas miniseries cuentan lo mismo, no lo hacen de la misma manera y en muchas ocasiones no ponen énfasis en las mismas situaciones, en los mismos personajes o incluso en el tono, algo que las acaba de alejar definitivamente y que aunque pasado el tiempo la de Garris resulte mas inocente, en líneas generales es mucho mejor, mas interesante y mas redonda que la de Boone y Cavell. Nota: Como no puede ser de otra manera 'The Stand' (1994) es una obra muy de aquellos años, muy de los noventa tanto en la estética como en los efectos especiales, algo que puede hacer que algunos de los nuevos espectadores no la vean con buenos ojos, pero que para muchos de nosotros nos parece que le da un encanto especial.


Resulta imposible no establecer una comparación entre el casting de ambas series, de sus aciertos y de sus posibles fallos, y la manera en la que ciertos personajes han sido desatollados Y hay varias cosas que sorprenden y creo que de manera negativa a la hora de hablar de ambas miniseries, en particular de la mas reciente. La primera de ellas es ver como Nick Andros al que en su momento dio vida Rob Lowe y ahora Henry Zaga, parece haber quedado diluido, de ser un personaje importante para madre Abigail ha pasado a ser relegado a uno de esos personajes de los que hay que hablar porque están en la historia original pero que a Boone y Cavell no les interesaba demasiado (Hablo de Boone y Cavell por ser los creadores de la serie y no tener que nombrar a todos los guionistas que participaron en los diversos episodios). Mientras el Andros de Lowe resultaba entrañable, el de Zaga parece no tener sangre en las venas y como espectadores acabamos distanciándonos de él. La rutinaria y plana interpretación de Zaga y la apatía que los creadores de la serie parece que sentían por este, se transmite al espectador.



La segunda es ver la presencia de Donald Merwin Elbert, 'trashcan man', que aunque en la nueva versión está interpretado por un Ezra Miller pasado de rosca y que parece que se lo está pasando de maravilla dando vida a ese personaje, también parece metido en la miniserie de Boone y Cavell porque es necesario para la trama pero no porque a estos les interesara. Mientras Garris parece querer contar un poco la historia, en la nueva versión esto no parece ocurrir. Dos de los personajes mas interesantes parece que han sido relegados a un segundo plano de una manera que al menos para mi me parece injusta.


Es Nat Wolff para mi uno de los grandes errores de 'The Stand' (2020). Lloyd Henreid parece que se le queda grande, y puede que esto ocurra también por otro de los que creo grandes fallos de esta por ahora última adaptación de la novela de King: El histrionismo y el exceso del que hace gala esta cuando se cuentan los hechos que ocurren en Las Vegas y de todos y cada uno de los personajes que viven en esa ciudad. Todo resulta tan excesivo, tan recargado, tan sobreactuado por parte de algunos actores, que esa parte de la miniserie se empieza a ver con una sonrisa en la cara pero acaba cansando, y al menos en mi caso, acabé desconectando. No se si la intención de los Boone y Cavell era la de descolocar al espectador, de intentar imaginar como sería el mundo si un grupo de onanistas se reunieran en Las Vegas para vivir y desfasar, pero 'The Stand (2020)' nos deja una serie de escenas tan excesivas que no acabamos de entender el tono de esa parte de la historia. Mientras Garris contó con Mel Ferrer e hizo de Henreid un personaje que tenía que estar ahí para hacer avanzar a la historia (Algo un poco a lo Nick Andros en la nueva versión), Boone y Cavell hacen que el Henreid de Wolff tenga en pantalla mas tiempo del que sería necesario o que al menos a nosotros nos gustaría Wolff nos deja uno de esos trabajos a olvidar.


Ese exceso, ese histrionismo que se aprecia en todas y cada una de las escenas situadas en la ciudad de Las Vegas, y que hemos podido apreciar también en el trabajo de Wolff y Miller, se observa también en el de Alexander Skarsgard pero a este le ocurre como a Miller: Parece que se está divirtiendo y disfruta de su Randall Flagg. Jamey Sheridan dio vio a Randall Flagg en la versión de Garris, dejando uno de esos malvados 'noventeros' que tantos nos gustan a mas de uno. Pero si decía que mi problema con 'The Stand' es de base, esto se puede apreciar en la serie de Garris cuando uno de los momentos tirando a bochornosos protagonizado brevemente por un plátano, no ha sido dejado fuera de la serie.


Hay que hablar de Stu Redman y Frannie Goldsmith. Al primero lo han interpretado Gary Sinise y James Mardsen, y a la segunda Molly Ringwald y Odessa Young. Mientras Mardsen le pone interés pero es incapaz de transmitir el carisma que su personaje necesita, Young parece conseguir dejar de lado la fragilidad y 'pijismo' que Ringwald daba a su Frannie. Si pudiera elegir me quedaba con el Redman de Sinise y la Frannie de la Young. Lastima que esa sea una de esas parejas imposibles. 

Nadine Cross, antes Laura San Giacomo y ahora Amber Heard sufre en la serie de Garris una pequeña transformación: Rita Blackmoor compañera de viaje de Larry Underwold, ese cantante blanco que según se dice en la novela y la serie de Garris 'canta como un negro' y que en la nueva versión da vida el actor de color Jovan Adepo, se convirtió en la serie de 1994 en Nadine Cross. Este cambio que inicialmente puede desconcertar e incomodar bastante acabó revelándose para mi en un gran acierto, sobre todo porque personalmente San Giacomo me parece mucho mejor actriz que Heard


Podría seguir hablando de todos y cada uno de los personajes de la novela y las miniseries, pero he de acabar haciéndolo de Harold Lauder (No es cuestión de hacer este texto eterno). Acertados tanto Corin Nemec y Owen Teague aunque en el caso del primero el maquillaje en la serie de Garris resultaba realmente vergonzoso (Si tienes que mostrar a un tío raro, solo le tienes que llenar la cara con una serie de granos situados al azar, y cuanto mas grandes, mejor). Lauder ocupa en pantalla el tiempo necesario,  ni mas ni menos, algo que parece no ocurrir en la nueva versión. Boone y Cavell han jugado con la cronología de la historia y con el tiempo que cada personaje pasa en pantalla, para mi de forma incorrecta.


Me traiciono a mi mismo, he dicho que iba a acabar hablando de Harold Luader pero no podia dejar de hablar de la madre Abigail, uno de esos personajes que te tiene que caer bien porque forma parte de los buenos pero con el que ni en la novela ni en las dos miniseries conecté con ella. En todos los casos me resultó cargante, exasperante y bueno si en mis sueños aparece esta señora cantando, igual ir a su granja en Hemingford Home no hubiera sido una opción. Si llega el fin del mundo casi prefiero el otro bando, probablemente moriría igual pero al menos me lo iba a pasar bien.  Eso si, me quedo antes con Ruby Dee que con Whoopi Goldberg.


Otro de los que creo grandes problemas de la nueva versión de la novela de King, es que esta parece centrarse en lo menos interesante de la historia, o al menos esa es la sensación que yo como lector y luego espectador tuve. Aquellas partes de la novela que menos me interesaban, esas que si hubiera sido el editor le hubiera dicho a King que dejara fuera, parece que en la miniserie de Boone y Cavell tienen muchos, demasiados minutos, tantos que hacen que el sopor se apodere del espectador (en este caso de mi) y que este se pueda llegar a aburrir tanto que se plantee si realmente merece la pena acabar esta serie. Todo aquello que sucede en Boulder y sobre lo que Garris se mostró acertadamente comedido, es mostrado con mucho detalle en la nueva versión, y sinceramente resulta absolutamente insoportable. Tal es mi rechazo a esa parte de la novela que antes de empezar el episodio tres de la miniserie de Garris, me planteé seriamente si realmente quería verlo o si podía prescindir de él. He de decir que me sorprendió muy gratamente la concisión y la manera en la que Garris evita todo lo innecesario, todo el relleno... aunque eso igual es mas merito de el propio King que se encarga del guion de la serie.


Pero no todo es malo en la miniserie de Boone y Cavell. Si dejamos de lado el exceso, el histrionismo, la sensación de que nos están contando lo que menos nos interesa, y conseguimos llegar al último episodio, nos encontremos y sin entrar en detalles, el que para la persona que escribe estas líneas es el mejor capitulo de la miniserie. Si hasta ese momento el sopor y la saturación se habían apoderado de mi, este capitulo final consiguió de alguna manera reconciliarme con lo que había visto, dejándome muy buen sabor de boca pero a la vez lamentándome de porque el resto de la serie no ha seguido esa línea.


Puede que la miniserie de Garris haya envejecido mal (O no muy bien aunque esto es siempre relativo y parece que lo estamos convirtiendo en un cliché), puede que a día de hoy resulte inocente, pero me gusta como trata a sus personajes, me gusta que cuente la historia de forma lineal y que no se centre en exceso solamente para lo necesario en todo lo que ocurre en Boulder y Las Vegas, algo que agradezco y por lo que consigue ganarse un huequecito en mi corazón. Tras la decepción que supuso 'Los nuevos mutantes', he de añadir esta 'The Stand' a mi lista de decepciones de Boone. Aburrida, larga (9 episodios que se podrían haber quedado en la mitad tranquilamente), tediosa, llena de diálogos que no aportan nada, dando importancia a las partes de la historia que para mi como lector menos interés me despertaban, con unos actores que aunque le ponen ganas en líneas generales no tienen mucho carisma y que pueden llegar a cargar (Nota: no hablé detenidamente del Glen Bateman de Greg Kinnear pero se merece un puesto de honor en la lista de personajes que me ponían de los nervios) Esperaba mucho de esta miniserie y ha acabado convirtiéndose en una de las grandes decepciones de las últimas temporadas.


Si tuviera que hacer un ranking este seria: 'The Stand' (1994), la novela de King y finalmente 'The Stand' (2020). Volvería a ver la miniserie de Garris no así la de Boone y Cavell, y con todo el dolor del mundo también os digo que no volvería a leer la novela de King, tengo muchas novelas pendientes y volver a enfrentarme a esas casi mil seiscientas páginas me producen una pereza tremenda.. igual si la parte de la historia centrada en Boulder no existiera... lo vería de otra manera pero no es así.. Aunque ya se sabe.. para gustos los colores y mas los que vienen del espacio


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