Y Charlie Kaufman se posó en una rama para reflexionar sobre la soledad

'Lo que una vez fue un futuro excitante y misterioso, está ahora detrás de ti, vivído, entendido, decepcionante'

Antkind

Una solitaria y atormentada existencia. Da igual que el nombre de la persona que siente que su vida es así se llame B. Rosenberger Rosenberg, Caden Cotard, Jake y que realice un largo viaje a casa de sus padres para presentarles a su novia, o de cualquier otra manera. Después de la muerte no hay nada. 'Siento que los veía como eran, siento que los veía como serán, siento que los veía cuando ya no estén'. El tiempo se concentra y es cronológicamente confuso. Cronotomos. Unidades de tiempo que hacen momentos. Que reconfiguran otros momentos. Las mismas personas en diferentes tiempos. Incluso en el mismo tiempo. Actores interpretando a los protagonistas. A su lado. Compartiendo vivencias. Aconsejándoles acerca de como tendrían que haber actuado o diciéndoles lo que de verdad tienen que sentir. ¿Somos únicos o reemplazables? Vidas vacías que como Michael Stone buscan escuchar una voz diferente, que como Joel Barish intentan guardar al menos un recuerdo. Al final todo se reduce a una sola cosa: A la manera en la que el amor nos llena, nos complementa, nos completa. Individualmente pasamos desapercibidos, juntos la gente se fija en nosotros.


B. Rosenberger Rosenberg es un ser inadaptado. Un Ignatius J. Reilly pasado por el filtro de Charlie Kaufman. Igual que el protagonista de la novela de John Kennedy Toole, sus escritos diseccionan un mundo que detesta, que de alguna manera quiere cambiar porque no encuentra su sitio en el. Kaufman construye su propio Levy Pants, juega con la idea de Myrna Minkoff, con la manera en la que su protagonista se rebela contra lo que con coincide con lo que él piensa, con la forma en la que es expulsado de la universidad. La ironía forma parte de ambas novelas, tanto de 'Antkind' como de 'La conjura de los necios' ('A confederacy of Dunces'). Dos obras que están ligadas de muchas maneras. 

'Antkind' es 'La broma infinita' ('Infinite Jest') de Charlie Kaufman. Laurie la payasa tiene algo de ese obrero al que le caen encima unos ladrillos. La hilaridad de ambas situaciones es similar. Los años subsidiarios de la novela de David Foster Wallance tienen un espónsor: La hamburguesa whopper, el parche transdérmico Tucks, etc.. Slammy ocupa ese lugar en la novela de Kaufman e igual que ocurría con 'Carré Blanc' de Jean-Baptiste Leonetti,  esta empresa se dedica a difundir diversos mensajes destinados a 'mejorar' la vida de las personas. Si las historias de 'La broma infinita' ('Infinite Jest') parecen estar entrelazadas por una película que se llama igual que el título de la novela, en 'Antkind' esta es una película de tres meses de duración con pausas para comer, ir al servicio, dormir.. La manera en la que esta afecta a la vida de B. Rosenberger Rosenberg, la forma en la que este ha de enfrentarse a ella y a las siete veces que este ve cada película para entenderla, para analizarla, para llegar al fondo de la misma. 'Antkind' es una obra excesiva que no posee cientos de notas a pie de página pero que sus 700 páginas son todo un desafío para el lector incluso teniendo en cuenta que esta es mucho mas accesible que la novela de Foster Wallance. (Tómese el concepto 'accesible' con toda la cautela posible) 'Antkind' es un 'resumen' de todas las obsesiones que Kaufman ha ido plasmando a lo largo de todos y cada uno de los guiones que ha escrito, de las novelas que como en el caso de 'Estoy pensando en dejarlo' ('I'm thinking of ending things') de Iain Reid ha adaptado al cine.


No importa si el protagonista se encuentra en una cueva o en una nave industrial. El lugar en si mismo es lo de menos, lo importante es lo que ambos observan. En un caso la película de Ingo Cutbirth, en el otro una obra de teatro financiada gracias a la beca MacArthur. Dos obras que son creadas a lo largo de toda una vida. En un caso noventa años de rodaje, en el otro no sabemos cuantos años exactamente dedica Caden Cotard no a conseguir representar la obra sino simplemente a saber como llevar acabo esta. Dos obras que sirven para que B. Rosenberger Rosenberg y Caden Cotard exploren y analicen sus sentimientos, sus miedos, en definitiva su vida. Dos obras que les sirve a ambos para conocerse, para aceptarse. Un complejo proceso de autoexploración.


Aquello que nos resistimos a olvidar. Aquello a lo que queremos aferrarnos, que consigue que seamos quienes somos. Joel Barrish lucha por guardar al menos un recuerdo de su relación con Clementine Kruczynski. B. Rosenberger Rosenberg lucha por recordar la película de Ingo Cutbirth, una obra de la que sabe su importancia, que tiene que mostrar al mundo. Nos hemos ido construyendo poco a poco, somos lo que somos gracias a lo que hemos vivido, a nuestros recuerdos. Puede que todo hubiera sido distinto si hubiéramos decidido hacer otras cosas. 'Ojala hubiera hecho las cosas mejor. Ojala hubiera podido hacer mas'.


Es una constante en el obra de Kaufman el uso de marionetas o diversos muñecos. En 'Como ser John MalKovich' ('Being John MalKovich') su protagonista, Craig Schwartz se gana la vida como marionetista. 'Anomalisa' es una cinta rodada íntegramente con la técnica del stop-motion y la cinta rodada por Ingo Cutbirth esta formada por miles y miles de muñecos que supuestamente fue creando él a lo largo de los años. Personajes que se mueven por los designios de 'un ser superior', incapaces de liberarse de ese yugo o en busca de como hacerlo. Son los personajes creados por Kaufman seres que buscan su propio sitio, que buscan encontrar un sentido a sus vidas.


Podría pensarse que la adaptar una novela como 'Estoy pensando en dejarlo' ('I'm thinking of ending things') de Iain Reid aleja a Kaufman de sus obsesiones. Cualquier lector que haya leído la novela de Reid antes de ver su adaptación al cine o cualquier lector que se haya animado a leerla después de ver la sobresaliente pero hermética película de Kaufman, se dará cuenta que esta muestra perfectamente muchas sino todas de las ideas que el director y guionista norteamericano ha ido plasmando en sus guiones, y aquellas que se podrían echar en falta han sido añadidas por este. Musicales como 'Oklahoma!', uñas putrefactas o diversos sarpullidos como los de la madre de Jake o Madelenie Gravis en 'Snyecdoche, New York' o el cine y la animación de los años treinta y cuarenta. Es la primera parte de la novela de Iain Reid (Dividimos la novela en dos partes: La primera hace referencia a los pensamientos y forma de ver la vida de su protagonista y el encuentro con los padres de su novio, la segunda, aquella que narra el viaje de vuelta de la pareja protagonista a casa) de una belleza y una profundidad que hace difícil no dejarse llevar por ella y en muchos casos verse reflejado en la manera que tiene su protagonista de percibir el mundo que le rodea.  


Es cierto que la novela de Reid flaquea en su segunda parte, en su parte final que puede hacerse un tanto mas pesada, menos fluida. Y es ahí donde la magia de Kaufman surge en todo su esplendor. Si hasta ese momento, el director y guionista nos había acercado a sus personajes gracias a largos y extensos diálogos, si había jugado con las diversas posibilidades y el tiempo con diferentes vestimentas, trabajos que desempeña la protagonista y la forma de ir mostrando a los padres de Jake, es ahora cuando esta se vuelve mas críptica, cuando esta ofrece lo mejor de su director para hacer de Jake una especie de Caden Cotard donde se expone ante un público formado por las personas que han formado parte de su vida para expresar lo que ha supuesto para él llegar hasta donde ha llegado o lo que hubiera supuesto para él llegar hasta donde le habría gustado llegar. Kaufman muestra la vida como una especie de película, como una gran obra de teatro.


'Antkind es una obra sarcástica, excesiva y multireferencial (No solo hay referencias explicitas a ciertas obras entre ellas todas en la que Kaufman ha colaborado sino también a otras como 'La novena configuración' -'The ninth configuartion' de William Peter Blatty que fue llevada al cine por el mismo) que rebosa inteligencia y disecciona todas y cada una de las obsesiones de Kaufman. Sin duda alguna su debut como escritor es un 'resumen' de todas las ideas que le atormentan y que ha ido plasmando en todos y cada uno de sus guiones. Pero igual que sucedía con 'La broma infinita' ('Infinite Jest') de Foster Wallance, es todo eso y mucho mas. No hay que leerla siete veces como hace su protagonista con las películas, pero si que al acabarla el lector tiene la sensación que al volver a leerla se van a hacer visibles ciertas capas que en una primera lectura han quedado ocultas. Y lo mismo se puede decir de las películas en las que ha participado Kaufman que hace por ejemplo de su Caden Cotard una especie de Nabokov que utiliza diversas notas para crear sus historias. Si algo tienen las historias de Charlie Kaufman es que son ricas en matices y detalles.


Es la voz un tema de vital importancia para Kaufman. Son las palabras las que sirven para que sus personajes expresen lo que sienten, para que hablen de su posición con respecto al mundo, de sus sentimientos. En 'Anomalisa' todos los personajes menos dos, se expresan con una misma voz. Es la anomalía de escuchar una voz diferente al resto lo que llama la atención del protagonista. En el mundo silencioso en el que se ven envueltos algunos de los protagonistas de 'Antkind', nadie 'habla' con nadie pero la gente es capaz de entender lo que otros quieren decir. Kaufman muestra en un caso un mundo con palabras donde la gente no se entiende y otro donde el silencio no es problema para comunicarse. Queda claro que para Kaufman lo importante no es la palabra en si, si no aquello que se quiere decir para lo que a veces no son necesarias las palabras. La voz está ahí aunque no se pueda 'oír'. Puede que al lector le resulte esto un tanto extraño porque en 'Estoy pensando en dejarlo' (I'm thinking of ending things') sus protagonistas no dejan de hablar durante gran parte del metraje. Hablar no significa comunicarse. En esta frase se podría resumir la idea de Kaufman acerca de la voz y las palabras.



'Té viste lo que querías ver. Después de eso, tú recuerdas lo que quieres recordar. Ahora puedes ver el ahora. Es lo que yo llamo condición humana'. Todos construimos nuestra realidad. A pesar de que al final todos somos iguales, que la muerte no nos hace especiales, todos somos únicos. E al igual que ocurre con B. Rosenberger Rosenberg la película de Ingo Cutbirth se despliega ante nosotros de una manera particular: Lo que significa para mi, no tiene que ser lo que signifique para otro. Solo vivimos una vida y eso hace que en algunos casos los miedos nos impidan vivirla como nos gustaría. Nos da miedo la soledad 'La gente habla de la capacidad de resistir. De resistirlo todo, lo que sea, de seguir adelante, de ser fuerte. Pero eso solo se puede hacer si uno no está solo'. Tal vez la manera de expresar todo aquello que atormenta a Kaufman resulte excesivo para algunos, pero todos tenemos algo de todos y de cada uno de sus personajes.





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