Crítica: High-Rise

Esta es la historia de una sociedad que cae desde lo alto de un rascacielos. A cada piso que pasa se dice: 'Por ahora todo va bien, por ahora todo va bien'. Pero lo importante no es la caída sino el aterrizaje. La manera en la que la sociedad se descompone, como los intereses de los ricos, de aquellos que tienen poder están por encima del resto. Aquellos que viven mas abajo, aquellos que viven en los vagones de cola de un tren, solo sirven para los propósitos de los que viven por encima de ellos, de los que viven en los vagones que ocupan las primeras posiciones del tren. Dos visionarios: uno de ellos diseña una serie de cinco rascacielos, el otro un tren que recorrerá un mundo helado sin parar. Ambas hablan de poder, de sumisión, de la manera en la que la gente se rebela, de la forma en la que estos son manipulados. Pero mientras una es una cinta notable, la otra por desgracia no pasa de discreta.

Ben Wheatley se mueve mejor en producciones modestas, en aquellas en las que parece en la que este puede hacer lo que quiera con sus historias sin preocuparse (demasiado) en la taquilla. Ahí está su prescindible remake de 'Rebeca' o esta 'High-Rise' con la que parece que empezó su declive. Y hablo en estos términos porque sus primeras películas, su 'Kill List', su 'Turistas' ('Sightseers'), su 'A field in England' son cintas estimulantes, que parecen mas hechas por un artesano que por alguien que se encuentra limitado por aquello que tiene entre manos. En 'High-rise' hay algo del Wheatley que tanto nos gusta. En 'Rebeca' nada.

Wheatley no es Cronenberg. Adaptar a Ballard no es tarea fácil. Para adaptar una novela has de traicionarla. Son dos medios distintos. Cronenberg nos dejó su mejor película con 'Crash'. Wheatley se muestra tosco a la hora de poner en imágenes el guión de Amy Jump que adapta la novela del escritor inglés. Y es una lastima. El material de partida tiene fuerza a pesar de que igual que ocurre en la película parece que se pasa de la nada al todo demasiado rápido.'High-Rise' podría haber sido una película atemporal. Una de esas cintas que reflejan de forma certera la sociedad en la que vivimos. Que hace de los Richard Wilder las personas mas cuerdas que existen. Pero la metáfora que tiene Wheatley entre manos, acaba aburriendo, nos deja de interesar lo que sin duda alguna acaba derivando en que la fuerza de su mensaje se acaba perdiendo por mucho que el director use ese epilogo final.

Hay que romper las barreras del cine comercial. Lanzarse al vacío sin saber si hay red. Todo o nada. Lo demás es quedarse por el camino. Lo hizo Cronenberg con 'Crash', no lo hace Wheatley con 'High-Rise'. No hay que ser convencional, no que se ser predecible. Y Wheatley lo es. Cae en la mera repetición de imágenes y hechos que quieren impactarnos. Pero para conseguirlo hay que echar abajo las normas establecidas y este 'High-Rise' parece que quiere hacerlo pero a la vez quiere ser un producto para las masas. Quiere jugar en dos ligas que no son compatibles. Y he ahí el motivo de que 'High-Rise' se quede en tierra de nadie. Fallida como lo ha sido 'Mosquito State' de Filip Jan Rymsza donde el apartamento en el que se encierra el protagonista, bien podría formar parte del rascacielos al que se muda el doctor Robert Laing. Una lastima.






Comentarios

Entradas populares