Crítica: Un monstruo viene a verme - A monster calls


No he puesto nota. No quiero que esto sea una crítica al uso, quiero que estas líneas sean unos apuntes acerca de la novela de Patrick Ness, de la película de José Antonio Bayona y de otras cintas que tratan de alguna manera el tema del cáncer. Quiero que estas líneas sean mi árbol, el viejo tilo que veo cada noche desde la ventana de la habitación de mi casa.


Son mil y uno los sentimientos que me vienen a la cabeza al pensar en el libro de Patrick Ness que José Antonio Bayona ha llevado a la pantalla grande. No comparto la idea mostrada por el director en alguna de sus películas donde parece que ciertas partes de la historia están preparadas para hacer que el espectador se emocione, forzándolo a ello y no consiguiéndolo de forma natural, algo que sentí muy especialmente en ‘Lo imposible’ (‘The impossible’) y que vuelvo a sentir en ‘Un monstruo viene a verme’ (‘A monster calls’). La película de cuyo guión se ha encargado el propio Patrick Ness ha dejado de lado ciertas ideas referentes al cáncer como la forma en la que la persona que sufre la enfermedad se siente y se enfrenta a ella. Si, es cierto, tanto la novela como la película están narradas desde el punto de vista del hijo de la protagonista, pero no hemos de dejar de lado que esta chilla a su hijo en cierto momento de la novela algo que Bayona no muestra en la película, lo que lo sumado a otros detalles dan una visión demasiado edulcorada, demasiado romántica de la enfermedad. Nadie se enfrenta a sus últimas horas con tanta dignidad, nadie se muere de manera tan dulce (Algo que inevitablemente hace que recuerde la frase que dice Don Alonso a Luis Perezagua en 'Amanece que no es poco' acerca de la muerte de su padre: ‘Se está muriendo divinamente, te lo juro. Tenía ganas de que vinieras para poder decírtelo’) De igual manera que ocurría con la adaptación de la novela de John Green ‘Bajo la misma estrella’ (‘The Fault in our stars’) llevada a cabo por Josh Boone, la cinta de Bayona posee ciertas ideas ya reflejadas en la novela en la que se basa que no ayudan. Puede que el hecho de que el monstruo se presente siempre a la misma hora tenga mas fondo del que parece, pero hace que muchos pensemos en George Lutz y ‘Terror en Amityville’ (‘The Amityville horror’). Por desgracia la realidad es mas dura. Y sin dejar de lado que ‘Un monstruo viene a verme’ es un libro que puede servir para que las personas sepan como enfrentarse a tan difíciles momentos, creo que en su salto a la gran pantalla, hay ciertas ideas que me alejan de la película de Bayona. Y lo digo porque se que siente Connor. Lo digo porque yo una vez fui Connor O'Malley.


El momento mas duro de mi vida no fue cuando me enteré de que mi padre tenía cáncer. No fue cuando nos tuvimos que enfrentar a las sesiones de quimioterapia y radioterapia. No, el momento mas duro fue cuando el médico nos dijo que como mucho le quedaba un mes de vida. Cuando toda la incansable lucha contra una enfermedad tan brutal llegaba a su fin. Cuando todo el esfuerzo, cuando todas las lagrimas derramadas no servían de nada mas. Cuando la esperanza se desvanecía, cuando sabes que ya no hay marcha atrás y que el final está a la vuelta de la esquina. Ese momento no se puede comparar con ningún otro que haya vivido hasta ahora y espero que si tengo que volver a enfrentarme a algo así sea lo más tarde posible. Los familiares que nos enfrentamos al cáncer tenemos que recorrer nuestro propio camino, tenemos que ser capaces de asimilar aquello ante lo que nos encontramos y nos vamos a encontrar. Cada uno necesita su tiempo, cada uno necesita hallar consuelo donde pueda o donde lo encuentre. Cada uno tiene su monstruo, su tejo que de alguna forma le ayuda. Todos, en el fondo, somos Connor.


No tengo ni idea de si por haber vivido lo mismo que el protagonista de la película no conseguí empatizar con la manera en la que Bayona presenta a este personaje y su historia, algo que personalmente no acabo de entender ya que otras cintas como ‘Ahora y siempre’ (‘Now is good’) de Ol Paker, siendo una cinta con un corte romántico y destinada en principio a un público adolescente, me llegó mucho mas, me emocionó mucho mas, algo que ocurrió porque la manera en la que el padre de la protagonista interpretado por Paddy Considine reconoce que la enfermedad de su hija y la actitud de esta le supera me pareció mas real que el buen rollismo zen de la madre de Connor, y porque su final, sus dos últimas escenas aún explotando cierto sentimentalismo me siguen emocionando cada vez que las veo, me ponen los pelos como escarpias, consiguen que se me escapen las lagrimas, algo que con ‘Un monstruo viene a verme’ (‘A monster calls’) no me ocurre.


Es difícil enfrentarse a ciertas noticias, es difícil y muy duro el camino que cada uno tiene que recorrer para asimilar aquello que va a suceder. No hay formulas mágicas, no hay trucos, nadie va a sacar un conejo de la chistera para descubrir que lo que está sucediendo no es mas que un mal sueño o para decirte como te has de sentir, que has de hacer y que has de decir. Hay libros como el de Patrick Ness que sirven para mostrar un acercamiento desde la vista de un niño, no a la enfermedad en sí, si no a los sentimientos de este, a la necesidad que tiene de que todo acabe, de que su madre deje de sufrir y a la manera en la que este se siente por pensar de esta manera. Otros como ‘La rueda de la vida’ de Elisabeth Kübler-Ross pueden ayudar a muchos a enfrentarse a la perdida de un ser querido y otros como ‘Amor: Medicina milagrosa’ de Bernie Siegel que narran historias de personas que se curaron de enfermedades terminales han de ser manejados con cuidado ya que pueden, de alguna manera, crear falsas esperanzas o expectativas de la misma manera que le ocurre a Connor cuando se aferra a la idea de que el tilo va a ayudar a su madre creyendo a pies juntillas que la esperanza es la mitad de la curación. Sobre este punto he de hacer una pequeña aclaración. La esperanza forma parte de la curación, es necesaria para enfrentarse al cáncer pero obviamente no es lo único que se necesita para ganar la batalla. No debemos olvidar que el monstruo dice que es la mitad de la curación, la otra mitad muchas veces y por desgracia se escapa a nuestro control.


Entiendo perfectamente a Connor, entiendo todas y cada una de las etapas por las que el personaje interpretado magistralmente por Lewis MacDougall va pasando y las historias que el monstruo le va contando para ayudarle. De igual manera que Bastian recorre su propio camino por fantasía enfrentándose a sus miedos siendo capaz de llevar el agua de la fuente de la vida a su padre para ayudarle, el monstruo lleva, de alguna manera, agua de la misma fuente para que el protagonista de 'Un monstruo viene a verme' ('A monster calls') sea capaz de enfrentarse a sus miedos y afrontar la perdida. Después de saber que a mi padre le quedaba como mucho un mes de vida, pensaba en que cada día podía ser el último. Cuando por las mañanas escuchaba a mi madre andar por el pasillo solo podía pensar: 'Por favor, que no sea hoy'. La necesidad de crear un escudo que me protegiera de aquello que irremediablemente iba a pasar, me hacía sentir tan culpable como el protagonista de 'Un monstruo viene a verme' ('A monster calls'). La sensación de egoísmo era algo que me devoraba por dentro, que me carcomía, que me hacía sentir culpable pero al mismo modo pensaba que era la única manera de afrontar aquello que sabía que iba a escuchar, aquellas palabras que esperaba no tener que oír nunca. Es sorprendente la ironía que a veces desprenden las cosas, es sorprendente que entre mil y un libros que he leído, la última historia que leí antes de que falleciera mi padre fue 'Vuelta a empezar' de George Langeland, una historia que llegó en el momento justo y que me ayudó mas de lo que nadie jamás pudiera llegar a pensar. Incluso cuando se ha perdido toda esperanza, uno tiene la necesidad de seguir creyendo en algo. En lo que sea.


A pesar de las buenas intenciones de Bayona es una lastima la manera en la que el director remarca ciertas ideas de manera innecesaria sobre todo en lo que a ese forzado epilogo se refiere, algo que no está en el libro y que no entendemos porqué se ha decidido usar para cerrar la película. Puede que al espectador que vea esta película doblada se le escape el hecho de que quién pone la voz al monstruo no es otro que Liam Neeson, puede que a muchos se nos escape también el hecho de que en las fotos en la que sale la abuela, es el actor quién está a su lado. Dos detalles que dicen mucho acerca de la historia y de sus intenciones. Puede que estas dos ideas pasen desapercibidas y por eso Bayona recalca la presencia del monstruo en la parte final de la película. Si ya la manera elegida por este en el hospital rompe de manera dramática el clímax final de la cinta (Lo que verdaderamente emociona no es este momento si no la conversación entre Connor y su abuela en el coche) la forma de recalcar esta presencia intentando reforzar una cierta idea de que esta película es una especie de fábula acaba siendo una forma de menospreciar al espectador. La novela de Patrick Ness parece jugar con elementos propios de cintas como 'Dentro del Laberinto' ('Labyrinth') de Jim Henson o de su remake no declarado 'La máscara de cristal' ('Mirrormask') de Dave McKean haciendo que la línea entre ficción y realidad muchas veces se confunda y no se sepa hasta que punto los protagonistas están de verdad hablando con un enorme tejo, frente al rey de los goblins o ante la princesa de las sombras, algo que Bayona parece dejar de lado (No hay hojas en el cuarto de Connor tampoco hay ramas...) para forzarlo en su epilogo. Una lastima.


'Un monstruo viene a verme' es una película hecha por y para llegar al gran público, si a eso sumamos la brutal campaña publicitaria que ha rodeado a esta cinta, el éxito está mas que asegurado. La película de Bayona tiene una impecable factura técnica lo que hace que el hecho de que algún efecto especial resulte demasiado chapucero llame negativamente la atención del espectador. 'Un monstruo viene a verme' se beneficia del gran trabajo de sus protagonistas especialmente el de Lewis MacDougall y Sigourney Weaver, algo que sirve para dar un plus de calidad a esta cinta. A pesar de todo lo dicho creo que la cinta de Bayona es una buena película aunque reconozco que a mi esta cinta no consiguió ni llegarme ni emocionarme.


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